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sábado, 20 de mayo de 2017

Parker: Una Historia de Spider-Man


Alguna vez ella me dijo que no le importaba que yo fuera el Hombre Araña. Me dijo que a quien ella amaba era al hombre detrás de la máscara, al chico torpe y tímido que había conocido en la preparatoria. 
Y yo la amaba a ella con toda mi alma. La amé con toda mi fuerza. La extraño. No sé que hacer con este vacío que consume mi pecho.  Sin ella estoy perdido.
Si lo que esperan es una historia de superheroes salvando al mundo, una de esas con efectos fantásticos, peleas fabulosas y finales felices, lamento decepcionarlos, yo no soy el indicado. 

viernes, 12 de mayo de 2017

Zombie (4)

Mark había seguido a los hermanos Kavanaugh desde la cuarentena. Estaba en el edificio con ellos aunque los hermanos no lo supieran. Se había escondido en un ducto de ventilación y desde ahí había presenciado la vergonzosa huida de los hermanos. Aunque a decir verdad, habían elegido sabiamente al decidir correr en vez de enfrentarse a un muerto viviente.

En este momento, Mark aún no sabía el nombre de ninguno de ellos, ni su apellido; eso lo descubriría hasta esa noche, cuando charlaran en el bosque, al calor de la hoguera.

Los hermanos salieron corriendo como si en ello se les fuera la vida. Aunque en este nuevo mundo, ese tipo de frases habían dejado de ser metáforas. El cadáver corrió tras ellos.

Mark zafó la rendija a través de la cual había visto todo, y la dejó caer al suelo. Aunque sólo tenía 12 años, era bastante alto para su edad, así que descolgó las piernas por la abertura y no le costó mucho trabajo aterrizar sobre el suelo.

Comenzó a caminar, silenciosa pero calmadamente. Sabía que en caso de que hubiera más muertos en el edificio, en ese momento todos se encontrarían persiguiendo o buscando a los hermanos, quienes en su carrera se habían olvidado de cualquier resto de sigilo que pudieran conservar. Mark González caminó por ese tétrico hotel bañado de luz roja, bajó pisos y pisos, recorriendo cubos de escaleras claustrofóbicos y viendo paredes salpicadas de manchas que bajo la luz roja se veían negras pero que a todas luces eran de sangre.

Probablemente cualquier persona normal hubiera perdido el juicio tras todas las cosas que habían sucedido ese día, los terribles actos que había presenciado... Pero a él lo había salvado su vívida imaginación. Sin saberlo, todos los libros de monstruos, asesinatos y horrores sobrenaturales que había leído durante toda su vida, de cierta forma lo habían preparado mentalmente para los acontecimientos de ese día. Había visto tantos zombies, vampiros, momias y hombres lobo dentro de su mente, que para cuando vio a un zombie en la vida real, supo inmediatamente lo que tenía que hacer. Y así lo hizo, corrió con toda su alma, con el aliento del diablo pegado a su nuca.




La mayoría de las personas no sabían lo que estaba pasando, veían gente correr hacia ellos, y aunque su cuerpo intuía el peligro, no así sus mentes, las cuales se negaban a creer que algo así pudiera estar sucediendo realmente. Y esa era su perdición, para cuando reaccionaban, ya era demasiado tarde y tenían a un zombie, hambriento de carne, encima de ellos, devorándolos mordisco a mordisco.

Mark había corrido por la carretera hasta que las piernas estaban a punto de reventarle, y fue entonces cuando vislumbró el aeropuerto y se sintió salvado. Pensó que ahí estaría seguro. Y en cierto modo sí lo estuvo, al menos de los zombies, pero lo que se desató allá adentro, había sido peor, mucho peor. Si alguien le hubiera advertido sobre lo que iba a presenciar, jamás habría entrado a ese maldito aeropuerto, hubiera preferido probar suerte con los muertos.

Salió de su ensoñación, relegó los recuerdos a un sitio lejano de su mente, ahora no era momento para pensar, era momento para sobrevivir. Observó a través de una ventana sucia del tercer piso cómo los hermanos corrían por la calle despavoridos, seguidos de cerca por media docena de esas criaturas infatigables. Cruzaron a toda prisa la calle y se adentraron en el bosque que se extendía al otro lado.
Mark los seguiría, pero aún no, aún era peligroso ir allá afuera.

Si eran tan descuidados en el bosque como lo habían sido en el edificio, entonces no sería nada difícil para Mark, seguirles el rastro.


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Esta historia continúa en:

Zombie (5)

Capítulos anteriores:

Zombie (3)

Zombie (2) 

Zombie 




lunes, 24 de abril de 2017

Snuff (Parte Final)

¿Qué pasa cuando añades un poco de ADN de chimpancé a nivel celular al de un hombre?Bueno, pues el resultado es ese. Un maldito monstruo humanoide, un experimento fallido (y robado fácilmente) de una farmacéutica transnacional, cubierto de un pelaje, café y asqueroso, de pies a cabeza, montado sobre una chica indefensa y atada a una cama, penetrándola con furia, atacándola una y otra vez con embestidas de una fuerza sobrehumana. La sangre escurre de la entrepierna de la chica, manchando de sangre negra las largas, pálidas y torneadas piernas. El olor metálico de la sangre se funde con el del sudor en un paroxismo delirante.

Ella ya ni siquiera llora. El cabello negro y despeinado cae sobre su bonito rostro y sus ojos color miel en mechones sudorosos (¿o quizá ensangrentados?) mientras la cabeza choca rítmicamente contra la cabecera de la cama ante cada embestida de esa cosa. Tiene los ojos de un muerto, ojos sin brillo.Su mirada perdida se encuentra lejos, muy lejos, se ha ido a esconder a algún lugar seguro, en lo más recóndito de su mente.

Pero su cuerpo no. Claro que no. Su cuerpo permanece aquí, en este cuarto. Su cuerpo le pertenece a él. No a la bestia que la coge brutal y sádicamente, sino al hombre del anorak verde, quien mira la escena a través de las ranuras de su negro pasamontañas con ojos sonrientes, satisfechos. Está sentado en una silla reclinable, disfrutando del espectáculo. Echa su espalda hacia atrás, el asiento se reclina un poco, sube los pies a un taburete, cruza las manos atrás de la nuca y se relaja, ríe por dentro. La ira acumulada, el rencor y el odio que le llevaron a planear y cometer todo eso, finalmente empiezan a ceder.

Alguna vez él fue bueno. Alguna vez él la quiso. Incluso la amó. Él estaba dispuesto a ser el novio perfecto, incluso llegó a soñar que serían la clásica pareja de amores de preparatoria que terminan casándose. Pero ella tenía otros planes. ¿Cómo reaccionas cuando la chica que amas y con la cual pensabas que perderías tu virginidad, la chica que durante toda la preparatoria te pidió que la esperaras para tener relaciones,de pronto te dice que ella se acostó con un tipo cualquiera, un tipo mayor? No lo haces, no reaccionas. No te puedes enojar, no puedes gritar, no puedes golpearla. Simplemente te quedas allí, parado como imbécil en medio del patio, sintiendo cómo los idiotas que te rodean, los que alcanzaron a escuchar, se burlan de ti y van pasando de boca en boca la cómica noticia de tu desgracia.

Pero sí que sucede algo en tu interior, se genera una catarsis en lo más profundo de tu alma que modifica todos tus paradigmas. Y de pronto descubres que eres capaz de hacer cosas terribles, cosas terroríficas que antes ni siquiera te habrías atrevido a imaginar.

El hombre del anorak aparta todos estos pensamientos de su mente con un rápido movimiento de cabeza y sonríe, disfruta viendo cómo la vida lentamente va abandonando los ojos de la que alguna vez fue el amor de su vida, y disfruta aún más sabiendo que para cuando los policías lleguen a ver esto, la chica no sólo habrá muerto hace mucho tiempo, sino que además ya estará enterrada en medio del bosque, adentro de un contenedor plástico de basura, donde nadie jamás podrá encontrarla.






lunes, 6 de marzo de 2017

Rebelión en la granja (Análisis de Personajes)



Napoleón: Líder de carácter firme, pero carente del carisma o los dones de persuasión de sus compañeros cerdos. Es un oportunista, un líder que sólo ambiciona el poder, pero carente de la visión a futuro que tiene Snowball. A él sólo le interesa llegar al poder y después afianzarse a él, sin importarle por encima de quien tenga que pasar. Y así lo demuestra el capítulo de los perros, donde acude a métodos tramposos e intimidatorios para imponer su opinión, mandando a Snowball al exilio por estar en desacuerdo con él. En cierta medida, Napoleón debido a su hambre de poder termina convirtiéndose en todo lo que los animales odiaban de los humanos, o quizá incluso peor.

Snowball: Líder carismático, pero con el carácter más débil de los 3 líderes. También podríamos considerarlo como líder intelectual (aunque no teme estar en la primer línea de combate para dirigir a los animales desde el frente) ya que lee todo lo que encuentra en la casa de los granjeros. Siempre intenta mejorar, aprender más y ayuda a sus compañeros a que estos también aprendan de los conocimientos que va adquiriendo durante la historia.  Debido a su carácter débil aunque generoso, es fácil para Napoleón desterrarlo de la granja.


Squealer: Líder persuasivo, capaz de hacer -tal como dicen en el libro -que uno vea negro lo que es blanco. Orador, capaz de hablar en público y convencer a las masas mediante su discurso. Pero al carecer de la fuerte personalidad de Napoleón o los dotes naturales de liderazgo de Snowball, termina por convertirse en el esbirro de Napoleón, y acaba usando su don de persuasión tan sólo para convencer al resto de los animales de las mentiras de Napoleón y engañarlos para que no vean la forma en que este junto con los demás cerdos se aprovechan de su trabajo. Por sí mismo es incapaz de liderar, pero sus dotes de persuasión lo convierten en el personaje ideal para ser el brazo derecho de Napoleón y su portavoz.

Mollie: Este personaje carece de una verdadera visión de liderazgo, de hecho es un personaje nostálgico que añora los días en que los humanos regían. Así lo demuestra la forma en que sus únicas preocupaciones a la hora de planear la rebelión son si podrá conservar los lujos y comodidades que tenía al lado de los humanos (tales como las cintas en las crines o los terrones de azúcar que estos le daban).

Boxer: Lidera con el ejemplo. Quizá no sea tan inteligente como los cerdos, pero su fuerza y su voluntad para hacer el trabajo duro con sus propias manos lo convierten en alguien que enseña con el propio ejemplo, y por tanto en alguien a quien los demás animales admiran y están dispuestos a seguir. Un líder que cree en el trabajo duro y no sólo lo predica sino que él mismo trabaja duro durante su jornada normal e incluso despertándose media hora antes para hacer trabajo voluntario allá donde hace más falta. Puede no ser tan inteligente como los cerdos, pero su falta de avaricia y ambición por el poder lo hacen conservar su buen corazón y sigue siendo un ejemplo de trabajo duro y esfuerzo para todos los demás animales. Su lado débil es demostrado cuando por ser algo corto de miras, termina por aceptar todo cuanto le dice Napoleón (a través de Squealer), sin oponer apenas resistencia. 



miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Quién es tu héroe?

Hasta el día de hoy, nunca antes habría podido responder si alguien me hubiera preguntado: ¿quién es tu héroe, a quién admiras?

Pero aunque no lo crean fue el actor Matthew McConaughey quien me ayudó a abrir los ojos, a darme cuenta. Mi héroe personal es la persona que seré dentro de 10 años.

¿Por qué? podrán preguntar ustedes. Pues la respuesta es sencilla. Solamente hay que ver a ese tipo, ¿cómo no querer ser como él? Vean su semblante, se puede notar desde aquí que es un tipo feliz. Es un hombre cuya infatigable búsqueda  (y que francamente parecía interminable) de la chica de sus sueños ha llegado a su fin. Una chica que pensó jamás encontraría, completamente diferente al resto, una mujer que parece salida de otro siglo. La única persona que lo entiende al cien por ciento y lo acepta tal como es. Y esto último es recíproco.




Pero el hecho de que ahora tenga una familia junto a la mujer de sus sueños no quiere decir que haya dejado de esforzarse. Todo lo contrario. Además de amar a la chica junto a la que despierta todas las mañanas, la venera. Y por tanto, desde el día en que ella le dio el sí cuando él se le propuso, se hizo a sí mismo una promesa: lucharía por enamorarla todos y cada uno de los días de lo que le restaba de vida con el mismo ímpetu que el día en que la conoció.

Tiene un trabajo increíble (el más fabuloso si me permiten decirlo), porque le pagan por hacer lo que ama; ama su trabajo casi tanto como a Ella.

El sujeto sigue siendo algo tímido, un poco antisocial y a veces huraño. Sigue odiando los antros y las "reuniones" tanto como siempre, pero ahora ya no tiene que ir solo al cine los viernes por la noche, cuando todos prefieren ir de fiesta y tomar hasta quedar ciegos.

¿Y saben qué es lo que más admiro de él? Que no está conforme; está satisfecho con lo que ha conseguido y agradecido por las tres personas que lo acompañan, pero sabe que aún hay más por conseguir, más metas por lograr. Y lo mejor es que a su vez, su héroe personal es la versión en que él llegará a convertirse dentro de diez años más.

martes, 24 de enero de 2017

Familia: Camino a una fiesta de cumpleaños.

Los músculos de los bíceps se tensaban contra las mangas cortas de la playera negra de Jorgito, al tiempo que los dedos se aferraban al saliente de una roca. Se encontraba escalando la montaña indicada, estaba ahora a una altura tal, que pequeñas nubes, casi transparentes, pasaban a su lado. Finalmente llegó a lo alto, al subir se encontró en medio de una gran explanada, y al centro de esta, donde se suponía que debían estar, estaban; unas gafas oscuras encima de una base metálica.
Se los puso. Enseguida un escáner comenzó a hacer un reconocimiento de retina. Al comprobar que se trataba de él, las gafas emitieron su mensaje. >Fiesta del Abu, Sabado< era el criptico menasje, seguido por un mensaje de autodestrucción. Jorgito se quitó las gafas y las aventó al vacío al tiempo que estas se evaporaban en una explosión envuelta en llamas. 


Tere y Karla se encontraban espalda contra espalda, ambas con las pistolas 9 mm en alto; un auto en llamas explotaba tras ellas, al fondo, dos rufianes volaban por los aires y una rueda pasaba silbando junto a ellas. Se encontraban desmantelando una red de narcotráfico. Subieron al auto y Carlos, el dueño de la desconocida voz que les asignaba las misiones, les dio instrucciones de dónde estaría en ese momento el líder de la banda. Se encontraban adentro de una fábrica gigantesca, así que Karla, usando sus años de entrenamiento con los Camioneros-Samurai, condujo velozmente los metros que las separaban de su enemigo.
-Estás acabado "El Zorro", ríndete ya -dijo Tere cuando lo alcanzaron.
Pero él siguió corriendo, con su traje sastre y su sombrero negro y antifaz que hacían honor al enmascarado de las películas.
-Chicas, deben darse prisa, tienen que ir a la fiesta del Abu -les anunció Carlos.
Tere le disparó entonces un lazo directo a los tobillos, al ser atados, "El Zorro" cayó, se golpeó en la cara, desmayándose al instante.
-Misión completada -dijeron las dos al unísono.


Hob se encontraba en un predicamento, por no decir en una situación bastante peliaguda. Sus manos y pies se encontraban atados mediante esposas a la mesa de acero inoxidable en la cual permanecía acostado boca arriba con el cuerpo en posición de X. El rayo láser, expulsado por una especie de pistola gigante empotrada al techo, avanzaba inexorablemente hacia él, desde abajo, partiendo la mesa ahí donde la tocaba.
El Doctor Malévolo (sí, así se llamaba), con su cuello de tortuga, su monóculo, su calva y su gato gordo en el brazo, lo miraba con plena sonrisa de satisfacción, y una carcajada malévola en los labios.
Entonces su reloj sonó y parpadeó. Hob dobló la muñeca izquierda tanto como pudo, torció la cabeza y leyó el mensaje: >Fiesta del Abu<
-Lo siento, Doctor, pero ya no tengo tiempo de seguir jugando. deslizó una ganzúa desde el compartimento secreto en la manga, y con movimiento ágil abrió la esposa de la mano derecha. Con movimiento rápido sacó la moneda de plata que cargaba siempre consigo y la arrojó hacia el láser. el rayo se reflejó en la moneda, se dividió en dos rayos que destruyeron las esposas de los tobillos y con la mano libre se quitó la esposa de la otra mano.
El Doctor Malévolo dio un grito de frustración. Hob tomó una silla que estaba cerca y se la aventó directo al rostro. Desmayo instantáneo.
-Hasta la próxima Doctor -y se despidió con la muñeca.

Así que como ves Abu, no fue una tarea fácil llegar , pero henos aqui...





viernes, 20 de enero de 2017

Mi alma arderá en el paraíso (versión extendida).

Un sólo hombre no puede marcar la diferencia; la idea de éste sí. 

Ciertamente Lucifer no era un hombre, aunque desde que ellos habían sido creados, le gustaba considerarse como tal.


El mundo aún se encontraba en los albores de la humanidad, aunque hace tiempo que habían abandonado las cuevas, aún no alcanzaban a realizar su máximo potencial. Pero en sus costumbres y acciones, Lucifer ya podía vislumbrar la increíble raza en que se convertirían. 

Era de noche, él caminaba bajo un cielo negro tachonado de brillantes estrellas, su cuerpo era golpeado por una fresca brisa humedecida por la cercanía con los árboles del bosque. Antes de que amaneciera, el cuerpo que habitaba, que tanto trabajo y energía le había costado materializar, desaparecería, se tornaría en polvo y volvería a la tierra de la que había salido. Pero hasta entonces él podía saborear aunque fuera efímeramente los placeres de un ser de carne y sangre, la lujuria, el placer carnal y el éxtasis al yacer junto a otro cuerpo cálido. 


El cuerpo que había creado a partir de su fuerza de voluntad era de una gracia y virilidad envidiables. Músculos tonificados, rebosantes de vida, fuertes, parecían los de alguien que dedica sus horas a actividades físicas, a cazar. Cabello negro que se perdía en la noche y una tez blanca como la nieve, mortalmente pálida. El único detalle que no había podido ajustar eran sus dientes, no lucían como los de un humano normal, poseía unos colmillos afilados y largos que se habían negado a permanecer de tamaño normal y los cuales poseían vida propia, anhelaban tener vida aún más que él mismo. 

domingo, 8 de enero de 2017

Karla y Rich.


Esta es la historia de una chica y un chico. Creo que ya saben por donde quiero ir, ¿verdad? Pero esta es una buena historia y como toda buena historia, debe ser contada desde el principio. Ella entró a trabajar en la Ciudad de los Cubículos (también conocida como Ciudad Cubículo), se sentía sola; nuevas  y temibles responsabilidades y ningún amigo al cual acudir por ayuda. Los malvados hombres-tiburón no tardaron en hacer su aparición y rodearla con sus largas, afiladas y falsas sonrisas de tres hileras de dientes, todos ellos vestidos con relucientes trajes, zapatos caros, pantalones a rayas, tirantes y corbatas estampadas sobre camisas blancas y relucientes.
Ella era bonita, y aunque la mayoría lo vería como una ventaja, lo cierto es que para las chicas bonitas es mas difícil; la mayoría de la gente no ve más allá de las apariencias, y piensan que las chicas bonitas siempre deben estar felices y sonrientes.

Mientras ella afrontaba sus propios retos, el chico, llevaba tiempo esperando por conocerla, aunque ni él mismo lo supiera. Sus caminos estaban destinados a unirse y él llevaba tiempo preparándose para ello; aunque ni él mismo lo supiera.
Diario la veía, pero no podía acercarse a ella; los separaba el Lago de la Burocracia rodeado por el Foso de las Fotocopias, lleno de Lagarto-Secretarias.
El chico se veía a sí mismo como el Caballero de armadura reluciente que la salvaría de los hombres-tiburon y la despiadada jefa-dragón, pero tenía miedo de que cuando se conocieran, ella no lo viera de la misma forma.

Pero entonces, un día, él se decidió a cruzar el Lago de la Burocracia, el cual estaba lleno de hojas y más hojas que te jalaban hacia el fondo, pero no desistió. Ella al ver esto, uso todos los señuelos que tenía en forma de Sebastian Rulli y William Levy para distraer a las Lagarto-Secretarias y así abrirle paso. Finalmente él pudo pasar a través del puente levadizo que separaba los dos reinos. Esa tarde había una contienda en televisión, los Hipogrifos de América se enfrentarían a los Centauros de Guadalajara, así que ella se acercó e hizo una apuesta. El equipo de ella (los Hipogrifos) venció, así que él la llevó a comer al Pub de los duendes irlandeses para pagar su apuesta. Mientras conversaban ella se dio cuenta, aún sin saber lo que él pensaba, que podía confiar en él y lo veía tal como él se veía a sí mismo (como el caballero de armadura reluciente). Y lo demás como dicen, es historia.

Me gustaría decirles "que vivieron felices para siempre" pero lo cierto es que su historia apenas comienza y estas no son más que las primeras páginas del Libro que están a punto de escribir juntos.