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viernes, 3 de febrero de 2012

Nuevas Reglas

Las reglas del juego han cambiado.

Hasta hace un par de meses Steve Dibiasi no habría podido decir a ciencia cierta si era de los buenos o de los malos. Era un poli, eso sí, pero jamás se había sentido como el chico bueno de la pelicula. Su trabajo se limitaba a atrapar y dar palizas a tipos más malos que él mismo, o simplemente a tipos lo suficientemente estúpidos como para meterse con un representante de la ley. Pero después de las bombas, tras el caos y luego de toda la destrucción que se había dejado venir como consecuencia de la anarquía, de la pérdida de un gobierno ante el cual responder, Steve se había visto en la necesidad de tomar un bando.

La población se había diezmado, o más precisamente, sólo quedaba un diezmo de la población total, y el cambio más notorio que se había visto en las personas era uno: las personas buenas se habían vuelto malas, y las que ya eran malas, se habían hecho peores. El mundo entero se había convertido en un nido de insectos, donde cada quien veía por sí mismo, las personas simplemente no ayudaban al de al lado, y si podían se aprovechaban de quien fuera lo suficientemente débil.

Así que Dibiasi había tenido que entrar a ese nuevo mundo, enfundado en su traje de policía, el cual ahora no le confería poder alguno. Y su arma más poderosa no era la pistola de nueve milímetros colgando en su sobaquera sobre una camisa empapada en sudor, ni la poderosa escopeta que llevaba atada atrás de la espalda, no, su mayor fortaleza radicaba en la plena fe de que ahora formaba parte del equipo de los buenos, por mucho que esto le disgustara, así tenía que ser, de lo contrario terminaría convertido en un animal salvaje, nada distinto de todos aquellos monstruos a los que con tanto empeño había metido tras las rejas durante todos sus años de servicio.

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COP

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