Artículo escrito por Laura Albarrán. Artículo de Invitado #48
¿Te imaginas tu vida sin mamá?, es difícil de visualizar, ¿no? Crecer sin esa guía, protección y cuidado que solo una madre nos puede dar.
Esta es la premisa de 18 Regalos, película basada en una historia real, en donde se nos cuenta el momento en que desafortunadamente a Elisa le diagnostican una enfermedad letal, pero lo más impresionante de esta trama es cómo conlleva la muerte y a la vez la vida que lleva dentro, regalándonos un gran trabajo de producción donde se generan estos lazos entre madre e hija ya que a pesar de tener personalidades diferentes, ambas mujeres establecen un vínculo cercano. Anna se comunica con su madre de una forma fiel y genuina a su naturaleza de adolescente, que alterna momentos de afecto con arrebatos de ira y por último asume su ausencia y por su parte Elisa aprende que aunque planees la vida de tus hijos, es importante dejar que sean independientes y que no teman a mostrar sus emociones.
Desde el principio la intención de este artículo era ir más allá del luto, tratando de hacer una historia universal, capaz de hablar con todos, de enfatizar el lado emocional de la historia para no convertirla en una típica película del día de las madres, ya que es un drama desgarrador pero también una extraordinaria celebración de vida haciendo una metáfora del camino de la aceptación y el duelo.
La fotografía es hermosa con una excelente paleta de colores que logra envolvernos en cada sentimiento que quiere proyectar la la cinta, así como la música que nos acompaña a ver la travesía de Anna, donde tenemos un manejo excelente de los saltos temporales que evolucionan de una forma tan fluida conduciéndonos a la reflexión de nuestra propia vida, su auto-descubrimiento y una nueva etapa donde la complejidad de las emociones se unen a la angustia y rebeldía, dando como resultado un salto a la madurez y aceptación por parte de nuestra protagonista, así como un buen cierre a su duelo que llevaba muchos años cargando.
Esta película nos toca una fibra sensible también como madres ya que el mayor deseo de cada una de nosotras es ver a nuestros hijos crecer, desarrollarse y realizarse en aquello que amen, es estar a cada paso a lado de tus hijos, apoyándolos, levantándolos y darles esa seguridad que necesitan, pero ¿que pasaría si no pudieras estar ahí para oírlos decir “mamá” por primera vez? ¿o estar cuando den sus primeros pasos y corran hacia ti o cargarlos y desearles buenas noches, contarles un cuento o reír a carcajadas juntos? Realmente sería algo muy doloroso y difícil de sobrellevar, así que me parece no sólo una trama genuina sino también muy conmovedora que logra hacernos reflexionar como madres o como hijos.
Si realmente aprovechamos y valoramos cada una de las cosas que mamá hace por nosotros y si como madres realmente disfrutamos todo ese proceso a lado de nuestros hijos y nos detenemos a verlos crecer y sentir ese orgullo que sólo una madre sabe cómo se siente cada vez que tus hijos logran algo o demuestran todo lo que les has enseñado.
Así que sobre todas las cosas ¡¡¡GRACIAS MAMÁ!!!
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