El mal puede tener muchas caras...Incluso podría tener la tuya.
Honor a quien honor merece y ese es el
caso de Stephen King, un escritor que a pesar de haber tenido algunas reseñas
no tan favorables, tenemos que admitir que incluso en aquellos años donde las
películas de terror se basaban en dar sustos al espectador como viernes 13, las
adaptaciones y libros de este gran escritor se libraban de la crítica, ya que
en un modo general no suele defraudar con sus historias con tramas tan simples
como complejas y de esta manera ha sido ganador a la Categoría Misterio/
Thriller en los premios Goodreads y uno de los Mejores thriller para Barnes and
Noble.
En esta increíble serie de HBO, me atrevería
a decir que es el éxito de este año para esa cadena, esta adaptación es una de
las mejores que se han hecho de las obras de Stephen King, ya que encuadra un relato
de comunidad, drama familiar y hechos inexplicables a distintos niveles, al
mismo tiempo. La narrativa que maneja es muy manierista, es decir no va con la
narrativa, las tomas siempre cuentan con algo que nos estorba de alguna manera
la visión, logrando distorsión o una mirada oblicua dentro de toda la serie.
Lo interesante es que cada personaje tiene
una relación distinta con el género, es decir dentro de la historia tenemos
personajes completamente abiertos a ideas paranormales o sucesos fuera de
nuestra comprensión, pero por otro lado tenemos personas racionales que sólo
creen en las pruebas y en lo que pueden percibir en su realidad, lo cual le da
un sabor a la trama muy intenso, porque nos habla de cómo solemos juzgar a
priori, en cualquier situación difícil de entender, dolorosa o sorprendente, lo
único que nuestro cerebro busca es: una razón, una explicación a lo que estamos
enfrentando.
Estamos ante una serie que en sí misma muta,
pero mantiene el tono de tensión capítulo a capítulo, donde los personajes
principales nos dan una interpretación tan nítida y cercana que lo convertimos
en nuestro problema, sumado a esto encontramos una ambientación inquietante que
mantiene la incertidumbre y el misterio a lo largo de la historia.
Olvidándonos por un momento del libro, se
sabía que llevar este relato a cabo de un modo audiovisualmente creíble iba a
ser todo un reto, fusionando el realismo con la fantasía de una manera
espectacular de la mano de Richard Price y Dennis Lehane, nos deja ver cómo la
realidad supera a la ficción resultando que nos sintamos sumamente atraídos a abrir nuestras
mentes y dejar de encasillarnos en las pruebas de lo que podemos sentir y
observar, nos invita a hacer un viaje interno a nuestra infancia y los terrores
que nos aquejaban desde tan temprana edad, dado que la misma trama ponía en
juego esas lecturas enfrentadas acerca de las posibilidades de lo real.
Con una duración de 10 episodios nos
arrastra a un viaje lleno de secuencias engañosas que indudablemente cuentan
con el sello de King, desde las ambientaciones hasta ciertos guiños que nos
recuerdan a “IT” y que por momentos tienen un bajón en su intensidad pero que
para el cierre se ve recuperado con creces, clarificándose en un fuerte cierre
lleno de tensión.
Una de las cosas que suelen suceder dentro
del género de terror es que al final nuestros personajes principales continúan
con su vida como si nada de esto hubiera pasado (excepto cuando hay secuelas),
no suelen dar explicaciones a toda la gente que los rodea ni tampoco hablan de
las pérdidas que se tuvieron, lo cual le resta realismo a la situación en sí,
sin embargo en esta novela y mini-serie algo que realmente sorprende es el
hecho de que incluso el cierre es totalmente aterrizado al mundo real como si
fuera la experiencia de cualquiera de nosotros, en donde tienen escenarios post-eventos en donde todos los implicados tienen que ponerse de acuerdo para
encontrar una respuesta lógica a algo que claramente no lo tiene, justificando
lo sucedido por lo que realmente nos hace un acercamiento a nosotros mismos
logrando que nos cuestionemos incluso qué haríamos si estuviéramos en el lugar
de nuestros protagonistas.
Preguntándonos
quién o qué realmente representa al mal y si debemos tomar en serio esos miedos
infantiles que nos acechaban años atrás, así como también considerar que
nosotros mismos en algún punto podríamos representar ese mal, juzgando a las
personas que nos rodean, si estas no entran dentro de los estándares “normales”
de una comunidad, dando paso a prejuicios, malos entendidos y acusaciones
falsas que hoy en día han hecho mucho daño a nuestra sociedad logrando sin
lugar a dudas realidades tan atroces que superan a la ficción.
Así que los
invito, sean o no sean fans de Stephen King, en definitiva es una gran historia
que no te puedes perder, ya sea viendo la mini-serie en HBO o leyendo la novela,
te prometo que estremecerá tus sentidos.
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