Ella ya ni siquiera llora. El cabello negro y despeinado cae sobre su bonito rostro y sus ojos color miel en mechones sudorosos (¿o quizá ensangrentados?) mientras la cabeza choca rítmicamente contra la cabecera de la cama ante cada embestida de esa cosa. Tiene los ojos de un muerto, ojos sin brillo.Su mirada perdida se encuentra lejos, muy lejos, se ha ido a esconder a algún lugar seguro, en lo más recóndito de su mente.
Pero su cuerpo no. Claro que no. Su cuerpo permanece aquí, en este cuarto. Su cuerpo le pertenece a él. No a la bestia que la coge brutal y sádicamente, sino al hombre del anorak verde, quien mira la escena a través de las ranuras de su negro pasamontañas con ojos sonrientes, satisfechos. Está sentado en una silla reclinable, disfrutando del espectáculo. Echa su espalda hacia atrás, el asiento se reclina un poco, sube los pies a un taburete, cruza las manos atrás de la nuca y se relaja, ríe por dentro. La ira acumulada, el rencor y el odio que le llevaron a planear y cometer todo eso, finalmente empiezan a ceder.
Alguna vez él fue bueno. Alguna vez él la quiso. Incluso la amó. Él estaba dispuesto a ser el novio perfecto, incluso llegó a soñar que serían la clásica pareja de amores de preparatoria que terminan casándose. Pero ella tenía otros planes. ¿Cómo reaccionas cuando la chica que amas y con la cual pensabas que perderías tu virginidad, la chica que durante toda la preparatoria te pidió que la esperaras para tener relaciones,de pronto te dice que ella se acostó con un tipo cualquiera, un tipo mayor? No lo haces, no reaccionas. No te puedes enojar, no puedes gritar, no puedes golpearla. Simplemente te quedas allí, parado como imbécil en medio del patio, sintiendo cómo los idiotas que te rodean, los que alcanzaron a escuchar, se burlan de ti y van pasando de boca en boca la cómica noticia de tu desgracia.
Pero sí que sucede algo en tu interior, se genera una catarsis en lo más profundo de tu alma que modifica todos tus paradigmas. Y de pronto descubres que eres capaz de hacer cosas terribles, cosas terroríficas que antes ni siquiera te habrías atrevido a imaginar.
