viernes, 16 de octubre de 2015

The V stands for vampire.


       Pum, pum, pum. Los latidos del corazón son como rítmicos golpeteos de tambor, cadenciosos en su infinita y perfecta complejidad. Cada latido expulsa vida, la hace correr desenfrenadamente por el torrente sanguíneo, una, otra y otra vez, y sigue bombeando dentro de la  la cavidad torácica incesantemente.

       "Un órgano bastante singular" piensa Lucifer, quien tiene pegado el pecho a la espalda de la mujer de rojo, a quien ha hecho su esposa. Puede sentir las pulsaciones acompasadas, al tiempo que sincroniza su respiración con la de ella. Necesita esta perfecta sincronía justo antes de que sus colmillos se alarguen en medio de un sonido húmedo y deslizante y los encaje en la suave y fina tez del cuello.