martes, 24 de enero de 2017

Familia: Camino a una fiesta de cumpleaños.

Los músculos de los bíceps se tensaban contra las mangas cortas de la playera negra de Jorgito, al tiempo que los dedos se aferraban al saliente de una roca. Se encontraba escalando la montaña indicada, estaba ahora a una altura tal, que pequeñas nubes, casi transparentes, pasaban a su lado. Finalmente llegó a lo alto, al subir se encontró en medio de una gran explanada, y al centro de esta, donde se suponía que debían estar, estaban; unas gafas oscuras encima de una base metálica.
Se los puso. Enseguida un escáner comenzó a hacer un reconocimiento de retina. Al comprobar que se trataba de él, las gafas emitieron su mensaje. >Fiesta del Abu, Sabado< era el criptico menasje, seguido por un mensaje de autodestrucción. Jorgito se quitó las gafas y las aventó al vacío al tiempo que estas se evaporaban en una explosión envuelta en llamas. 


Tere y Karla se encontraban espalda contra espalda, ambas con las pistolas 9 mm en alto; un auto en llamas explotaba tras ellas, al fondo, dos rufianes volaban por los aires y una rueda pasaba silbando junto a ellas. Se encontraban desmantelando una red de narcotráfico. Subieron al auto y Carlos, el dueño de la desconocida voz que les asignaba las misiones, les dio instrucciones de dónde estaría en ese momento el líder de la banda. Se encontraban adentro de una fábrica gigantesca, así que Karla, usando sus años de entrenamiento con los Camioneros-Samurai, condujo velozmente los metros que las separaban de su enemigo.
-Estás acabado "El Zorro", ríndete ya -dijo Tere cuando lo alcanzaron.
Pero él siguió corriendo, con su traje sastre y su sombrero negro y antifaz que hacían honor al enmascarado de las películas.
-Chicas, deben darse prisa, tienen que ir a la fiesta del Abu -les anunció Carlos.
Tere le disparó entonces un lazo directo a los tobillos, al ser atados, "El Zorro" cayó, se golpeó en la cara, desmayándose al instante.
-Misión completada -dijeron las dos al unísono.


Hob se encontraba en un predicamento, por no decir en una situación bastante peliaguda. Sus manos y pies se encontraban atados mediante esposas a la mesa de acero inoxidable en la cual permanecía acostado boca arriba con el cuerpo en posición de X. El rayo láser, expulsado por una especie de pistola gigante empotrada al techo, avanzaba inexorablemente hacia él, desde abajo, partiendo la mesa ahí donde la tocaba.
El Doctor Malévolo (sí, así se llamaba), con su cuello de tortuga, su monóculo, su calva y su gato gordo en el brazo, lo miraba con plena sonrisa de satisfacción, y una carcajada malévola en los labios.
Entonces su reloj sonó y parpadeó. Hob dobló la muñeca izquierda tanto como pudo, torció la cabeza y leyó el mensaje: >Fiesta del Abu<
-Lo siento, Doctor, pero ya no tengo tiempo de seguir jugando. deslizó una ganzúa desde el compartimento secreto en la manga, y con movimiento ágil abrió la esposa de la mano derecha. Con movimiento rápido sacó la moneda de plata que cargaba siempre consigo y la arrojó hacia el láser. el rayo se reflejó en la moneda, se dividió en dos rayos que destruyeron las esposas de los tobillos y con la mano libre se quitó la esposa de la otra mano.
El Doctor Malévolo dio un grito de frustración. Hob tomó una silla que estaba cerca y se la aventó directo al rostro. Desmayo instantáneo.
-Hasta la próxima Doctor -y se despidió con la muñeca.

Así que como ves Abu, no fue una tarea fácil llegar , pero henos aqui...





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