viernes, 21 de junio de 2019

Comprar un piano no te hace pianista, así como escribir no te convierte en Escritor



Una persona que quiere ser doctor no se convierte mágicamente en uno sólo por desearlo o por autoproclamarse como uno. No. Tiene que pasar varios años estudiando la teoría, más otros tantos de prácticas profesionales, hasta que con el paso de los años, su gremio le otorga el título deseado y se convierte ahora sí, a ojos de todo el mundo y no sólo de los suyos, en Doctor

Lo mismo pasa en las demás ramas de las carreras y profesiones. No te conviertes en algo por el simple hecho de desearlo o de nombrarte como tal. Un abogado antes de litigar o de poder defender a alguien en la corte, ya tuvo años y años de estudio, práctica y arduos exámenes.

Entonces no entiendo por qué en el ramo de las letras y la literatura debería ser diferente. Ojo aquí, NO me refiero a que debes estudiar alguna carrera relacionada a la literatura, ya que es bien sabido por todos que estudiar letras o literatura no te enseña a escribir. Si tu objetivo es escribir de manera profesional (que alguien más pague por tus escritos), para aprender a hacerlo sólo hay dos cosas que te ayudarán a llevarlo a cabo: leer mucho, en serio muchísimo, y practicar casi la misma cantidad.

En la cuestión de la práctica, aplicaría la teoría de las 10 mil horas, de la que ya hablé en este artículo, la cual dice que no te vuelves un profesional en nada sino hasta que has cumplido las diez mil horas de practicarlo y mejorarte en dicha área. 

Esto quiere decir que para poder considerarte escritor (ya sea bueno o malo) primero debes haber pasado escribiendo 10 mil horas, durante las cuales habrás escrito ladrillos enormes de historias sin sentido, llenas de clichés, plagadas de personajes planos, narraciones en primera persona (es la narración más fácil de abordar para un escritor primerizo, en mi primera novela todos los personajes están narrados en primera persona), y descripciones absurdas donde los personajes se lavan los dientes, se lavan las manos, desayunan, o un clásico que es mi favorito para cliché de novela de autor primerizo: poner al personaje viéndose al espejo para poder describirlo, o peor aún, describiéndose a sí mismo 

Lo del párrafo anterior no lo digo por ofender; yo mismo hice la mayoría de estas aberraciones en mis primeras novelas, es parte del proceso natural de aprendizaje. Pero si no lees mucho, todos los días, cada día del año, no tendrás forma de darte cuenta de lo que estás haciendo, y nunca progresarás. Quedarás estancado en un pozo interminable de clichés y narraciones mal hechas, creyendo que lo que escribes es lo más original del mundo y que tienes las mejores ideas, sin darte cuenta que tu novela o tus cuentos no son sino otro clon más de los tantos que llenan la Internet diariamente.

¿Por qué hice la analogía del Piano?


Bien, después de esa introducción, creo que ya tendrán una idea del por qué del título de esta entrada. Yo pensaba que era un mito, pero de verdad hay gente que piensa que puede escribir o ser escritor, aunque no le guste leer. Lo cual me parece una contradicción enorme. Claro que puedes escribir muchas cosas o plasmar tus ideas, pero sin la preparación adecuada, todo se quedará en un horrible manuscrito difícil de entender (eso claro si eres lo suficientemente disciplinado y constante como para lograr terminar una novela).

De seguro este será un punto que levante mucho debate y muchos podrán estar de acuerdo conmigo y algunos no, pero me gustaría leer sus opiniones al respecto de esto en los comentarios. 

Pues bien, me encontré con este tipo de filosofía y con varias personas que la defendían en un foro de facebook, así que me limité a contestarles lo siguiente, algo que me dio la idea para este post y la analogía del piano: 

Puedes tener buenas ideas o imaginar buenas historias (todos lo hacemos, eso no nos hace especiales), pero si no lees MUCHÍSIMO jamás tendrás las herramientas necesarias para poder transmitirlas de una manera que resulte mínimamente entendible o entretenida para las demás personas. 
Es como si alguien dijera que es un pianista sólo por que compró un piano y le encanta tocar las teclas de vez en cuando, pero le aburre practicar o estudiar teoría de la música. Y no sabe ni leer una partitura. 

Y vuelvo al inicio, a la parte de las demás profesiones. Todos deben pasar por años de formación y mucha práctica: doctores, abogados, maestros, ingenieros, arquitectos, y una larga lista más. Entonces a nosotros como escritores nos toca dejar de hacernos tontos, no debemos aceptar tales teorías que sólo promueven la pereza y el conformismo. Debemos dejar de vernos como artistas que están en un nivel superior al resto de los mortales o como seres a quienes la musa de la inspiración les habla al oído muy de vez en cuando y sólo entonces podemos sentarnos a escribir. 

Tenemos que leer, escribir y trabajar muchísimo. Mucha gente me critica por mi filosofía, por creer que lo que escribimos debe poder ser entendido y disfrutado por la mayor cantidad posible de gente. Incluso en facebook llegaron a críticarme por este artículo, diciendo que mi filosofía de practicar, mejorar y escribir cada día mejor me convertía en alguien que sólo buscaba el éxito y no le interesaba la literatura. 

Yo amo la literatura, amo leer y amo escribir. Pero algo sí es cierto, también busco el éxito, y no lo veo como algo malo. ¿O acaso alguna vez han visto a un abogado que se avergüence por querer ser el mejor en su especialidad, o a un cirujano que no sueñe con ser el mejor del país, o un arquitecto que no añore diseñar el edificio más alto de la ciudad? 

No pienso en obtener éxito sólo por que sí, soy un fiel creyente de que el fin JAMÁS justifica los medios. Al buscar éxito lo hago intentando escribir cada día mejor, leyendo mucho para tener nuevas ideas para mis lectores, yendo al cine tres veces por semana para obtener ideas de otro medio, e incluso jugando algún videojuego al menos una o dos veces al año. En resumen, busco ir mejorando para ir brindando libros, cuentos o artículos de calidad cada vez mayor para mis lectores y amigos. Eso para mí es el éxito.

Así que vuelvo al título de este artículo; comprar un piano no te hace pianista, decir que eres doctor a los 16 años no te vuelve uno, y escribir por hobbie no te hace escritor. 

Entonces, ¿Qué te hace escritor?

Sinceramente no sé la respuesta a esa pregunta. 

Hay muchas teorías, o muchos parámetros que podríamos tomar, o muchas opiniones que la gente puede brindar al respecto. 

La teoría más popular, al menos hasta antes de la disruptiva llegada del Internet, podría ser que un escritor es alguien que ha sido publicado por una editorial. Yo mismo creía en este supuesto cuando a los 16 años (en 2006) empecé a escribir, con el sueño que algún día alguna de mis novelas fuera aceptada por una grande (o pequeña, daba igual) casa editorial, y convertirme ahora sí, en escritor. 

Pero este supuesto es bastante falso, y no lo digo sólo por la posibilidad de la autopublicación que trajo la Internet, sino también a la simple imposibilidad física que tienen los editores para leer todas y cada una de las novelas que les llegan. Simplemente puede ser que tu novela nunca salga de esa montaña de novelas que el editor, o quien revise los manuscritos, tenga pendiente, sin importar que tan buen o mal escritor seas. Tampoco creo que se pueda publicar ganando un concurso literario, tal como lo explico en este artículo, donde es prácticamente imposible para algunos ganarlos, independientemente de la calidad literaria de los textos. Por lo tanto, podemos decir que el hecho de publicar o no, no te hace escritor. 

Hay otros, sobre todo algunos bloggeros y gurús del marketing literario que dicen que para ser escritor basta con desearlo, con proponerte esa meta y objetivo en tu vida. Pero nuevamente, esta falacia se cae al instante con la premisa que venimos tratando desde el inicio del artículo. Si para ser escritor basta con desearlo, entonces yo deseo ser astro-físico nuclear, y deben de aceptar mis tesis y publicarme en las revistas más importantes de ciencias sólo por que yo me percibo como tal, pero no piensen que voy a estudiar libros de física ni de ingeniería, no señor, esos libros no son de mi agrado. Y estudiar una carrera relacionada, ni pensarlo, mi inspiración y mis ideas son toda lo que necesito para mi nueva carrera de astro-físico nuclear.

¿Ven? Por eso desear ser escritor no me convierte automáticamente en uno.

La siguiente teoría que leí en algún blog: Para ser escritor, basta con escribir. 

Esto es otra falacia absoluta. ¿O sea que si escribo muchos e-mails en el trabajo, y además me mensajeo por el whatsapp con mis amigos toda la tarde ya soy un escritor? Creo que no hay más que decir respecto a esta teoría. 

Otros dicen que para ser escritor, hay que haber dado el siguiente paso, el cual es ya haber vendido material tuyo, que a alguien le haya gustado lo suficiente tu manera de escribir como para pagar un libro tuyo (que esté sería mi caso, ya he tenido ventas en amazon tanto de libros digitales como físicos en España, México y Estados unidos, y dos ebooks extraviados en Japón e Italia).

Pero este punto también cojea en un aspecto. Todos conocemos a Youtubers famosos o estrellas de la farándula que han publicado con alguna editorial y han vendido miles de libros. Y todos sabemos que estas personas tienen de escritores lo mismo que yo de astro-físico nuclear (disculpen si ya los cansé con esta analogía). 

También creo que el hecho de vender libros, sirve más para separar a un escritor profesional de un escritor aficionado o que lo hace por gusto, y no tanto para saber si alguien es escritor o no. Pero ambos tipos de escritor son muy válidos. 

Como ven, es un tema bastante complejo y creo que cada uno de nosotros tiene una opinión al respecto. Yo por mi parte, después de hacer este análisis, creo que el ser escritor depende de unir todos estos factores en cierto orden. Como sólo puedo hablar desde mi perspectiva, imagino que para mí el ser escritor fue algo más o menos así: 

-A los 16 años deseaba ser escritor. Aún no lo era, claro está, pero el deseo, el objetivo ahí estaba. ¿Qué hice entonces? Comencé a escribir mi primera novela, la cual está plagada de todos los clichés y errores que ya mencioné, pero lo importante fue que sin saberlo puse en marcha la maquinaria de las 10 mil horas de práctica. 
-Después escribí 2 novelas más, no eran tan malas, pero sinceramente, seguían apestando. Pero lo importante no eran las novelas en sí, sino la práctica y la experiencia que estaba ganando con ellas, la disciplina que aprendí gracias a ellas y lo que me enseñaron sobre lo duro que hay que trabajar para terminar un libro. Sigo amando a los personajes de estas novelas, y les tengo un cariño especial, pero yo sé que a nivel profesional, dejan mucho que desear (una de ellas inclusive fue editada y corregida con lo que quedó un producto final bastante decente).
-En 2012 inicié este blog. Nadie lo leía. Y no los culpo. Cuando revisé mis primeros cuentos, honestamente son muy malos. Algunos tienen buenas ideas o buena premisa, pero en general son malos. Pero eso no importó, por que finalmente después de casi 100 cuentos malos, las buenas ideas comenzaron a surgir, ese mismo año escribí un cuento llamado Mi alma arderá en el Paraíso, y 6 años después se volvió el primer capítulo de un libro llamado Lucifer, Príncipe en el Exilio. Debo aclarar que en 2016 reescribí este cuento, mejorándolo inmensamente con la experiencia que había adquirido.
-En agosto de 2016 subí mi segunda y tercera novela a amazon. Nadie compró una sola copia. Y no los culpo, eran novelas muy malas y con portadas hechas por mí mismo. Después dejé olvidado todo este asunto de amazon.
-En 2016 escribí cuatro relatos muy cortos sobre zombies, inspirado por el increíble libro El Cuarto Jinete, cuentos que serían la idea central que haría explotar la creación de mi siguiente libro. 
-Así que en 2017 por fin me puse a esto en serio. Decidí escribir mi propio libro de zombies en 6 meses. Y lo conseguí. Bueno casi, tardé 7 meses. Este libro fue Ciudad Violenta, Una historia de Zombies Al mismo tiempo seguía escribiendo capítulos para el libro de Lucifer, el cual terminé de escribir en Septiembre de 2018. 
-En Octubre de 2018 decidí volver a intentarlo en amazon, pero ahora habría una gran diferencia, ahora tenía 2 libros de calidad (el de Lucifer y el de Zombies), además de que tenía algo de experiencia para dar visibilidad a mis escritos, y tenía otro proyecto que surgió ese mismo mes: mi página de facebook Espada Literaria, una página en la que he encontrado un apoyo incondicional y una base de lectores fieles quienes disfrutan con mis artículos, cuentos o mis libros y a quienes les estoy inmensamente agradecido. 
-Y desde entonces hasta el día de hoy, agradezco a cada una de las personas que han comprado en amazon: 17 libros físicos de Lucifer, 69 libros digitales, 323 descargas de libros gratis por promoción y que han leído 13,978 páginas de todos mis libros con Kindle Unlimited.
-Este año, en Enero escribí en un mes un libro interactivo llamado Spartan Labyrinth, lo edité y corregí y ya está también en amazon. También durante tres meses, desde diciembre, recogí todos mis mejores cuentos y los junté en un sólo libro llamado Cuentos de Locura, Amor y Otras Perversiones.

Creo que la suma de todos estos factores son los que hacen que a día de hoy yo pueda considerarme escritor. Quizá para alguien más puritano no lo sea aún, quizá para otros lo fui desde ese primer instante en que tecleé la primer letra de mi primer novela. No sé cuál sea la visión verdadera en este asunto, o si haya una verdad definitiva.

Si esperaban una respuesta más clara, no sé que más decirles. Espero que mi análisis sobre este dilema los haya ayudado, y también me encantaría que dejaran en los comentarios qué piensan todos ustedes sobre el tema, me gustaría mucho conocer otros puntos de vista.

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6 comentarios:

  1. Excelente artículo. Se aprende a leer leyendo y a escribir escribiendo, dijo Delia Lerner, sin embargo yo agregaría: se aprende a escribir, leyendo y leyendo y finalmente, escribiendo.

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    1. Me encantó esa última frase, y por último, practicando y practicando, como si no hubiera un mañana.

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  2. Excelente Jorge. Comentar algo más es innecesario. Muchas gracias.

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    1. Te agradezco que te pasaras por aquí! Al contrario, gracias a ti por leer el artículo!

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  3. Bien dicho Jorge, estuvo muy claro la nota.

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