miércoles, 12 de diciembre de 2018

Zombie (6)

Mark brincó hacia atrás, cayendo sobre la fría tierra con todo su trasero. El zombie se estrelló contra el tronco, justo donde unos instantes antes se encontraba Mark. Pensó aterrado que de haber seguido ahí, en estos momentos el maldito se estaría dando un festín con su carne. 

Aunque quizá le costaría algo de trabajo, pensó rápidamente tras echarle una breve ojeada al zombie en lo que se ponía de pie. El zombie tenía la parte inferior de la quijada completamente deshecha, como si alguien le hubiera disparado a quemarropa con una escopeta o con un revólver estilo magnum, de esos que se pueden utilizar para cazar elefantes. La lengua colgaba inerte en un rostro enojado, rabioso. La hilera superior de dientes permanecía intacta y completamente a la vista, en un intento de macabra sonrisa. La sangre salpicaba prácticamente todo su traje gris y su camisa que esa mañana probablemente había sido blanca.




Mark se puso en pie como pudo y comenzó a correr. El zombie pasó por encima del tronco y cayó de bruces al otro lado. Dos dientes se quedaron para siempre incrustados en el suelo, a un lado de la pequeña roca contra la que su cara había chocado. Mark corrió en dirección al río, lo cruzaría, pero intentaría tener más cuidado que los idiotas.

Cuando llegó a la orilla, se detuvo abruptamente y dio media vuelta. El agua comenzaba a caer con más fuerza desde el cielo, pero aún no se le podía llamar lluvia. El chico vio al zombie, estaba a unos veinte pasos de él y corría con una furia enloquecedora, con unos ojos inyectados en sangre y un solo objetivo del cual no apartaba la mirada: Mark.

El muchacho respiró profundamente, echó un pie hacia atrás, para tener un mejor equilibrio y aguardó. Se sentía como uno de esos toreros segundos antes de que la bestia embista contra ellos. Sólo que él no era un cobarde como esos tipos ni traía una sábana roja para distraer al zombie.

Cuando el zombie estuvo a un paso de él, cuando alargó las manos hacia Mark, con algo en los ojos (¿esperanza?) entremezclado con el odio recalcitrante, el muchacho reculó hacia la izquierda con un ágil y veloz movimiento. El zombie se siguió de largo y se metió de lleno al río. Para cuando intento darse la vuelta e ir por su presa, el río ya lo tenía, lo derribó y este zombie entró en el mismo círculo de caer y volver a levantarse que el resto, mientras iban yendo lenta, pero inexorablemente río abajo.

Mark lo miró luchar contra la fuerza de la naturaleza durante unos segundos. Cuando decidió que era suficiente comenzó a caminar río arriba, hasta encontrar un lugar donde el agua no estuviera tan profunda y poder cruzar sin tantos riesgos.

El encontronazo con ese muerto le hizo tomar una decisión mientras sus pies se hundían en la helada agua del río. Sí se reuniría con esos dos hombres. Siempre era mejor estar en un grupo de tres que andar por ahí solo, en medio del bosque.

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Esta historia continúa en:


Zombie (7)

Capítulos anteriores:

Zombie (5)


Zombie (4)

Zombie (3)

Zombie (2) 

Zombie 

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