Soy inmune, invulnerable.
Cometí la peor falta que alguien podría hacer y fui atrapado en el acto.
Y sin embargo, a diferencia del resto de mortales, salí bien librado, me salí con la mía.
Y no sólo eso, sino que ademas ese hecho pareció actuar en mi beneficio, elevando mi autoestima y cubriéndome con un halo misterioso, enigmático entre mis congéneres, los cuales podrían pensar que ahora peco con la dulce miel de la soberbia, el néctar de los dioses. y quizá sí lo haga, al fin y al cabo ¿quien podría ahora decirme algo, quién se atrevería a reprocharme el sentirme orgulloso de los atributos que poseo?
Ni siquiera las mismas deidades podrían interponerse ahora en mi camino si me dispusiera a acabar con ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario