El truco no está en la mentira; ésta puede ser tan grande como quieras y de la índole más variada que tu pequeña y retorcida mente sea capaz de crear.
No, el verdadero encanto de una mentira bien contada, reside -escucha bien-, en los detalles, y entre más pequeños sean, mayor credibilidad tendrá tu historia.
Puedes decirle a la chica que eres astronauta, si lo quieres. Obviamente, ninguna chica te creerá, al menos no de antemano, pero cuando comiences a usar jerga que sólo un ingeniero usaría, cuando los movimientos de tus ojos y manos se asemejen a los de alguien que ha pasado su juventud y parte de su vida adulta entre libros, estudiando, entonces y sólo entonces tu mentira comenzará a cobrar forma.
No se trata de interpretar un papel; mas bien es sobre ser el personaje, no por completo, sólo en los pequeños rasgos, en los detalles.
Si quieres pasar por un actor, tendrías que hablar de emotividad, de sentimientos, de sentir la vida y no sólo vivirla, y mierda por el estilo; si quisieras que creyeran que eres un programador informático, usarías términos como variables, líneas de código, bugs y virus informáticos, o harías torpes analogías entre la realidad virtual (o VR, metiéndonos aún más en el personaje), y la realidad física.
No es una tarea sencilla, requiere esfuerzo, dedicación, pero sobre todo, centrar todo tu poder de concentración para que no haya grietas en tu historia.
Así que, ¿a qué estás esperando eh? Sal al mundo y comienza a poner en práctica lo aprendido hoy. Muéstrale al mundo de qué estás hecho, que vean tu potencial. Y siempre que lo hagas recuerda estas sabias palabras: "miente como si hoy fuera el último día de tu vida".
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