martes, 12 de febrero de 2019

Mi vida como superhéroe


Durante mi adolescencia, mis días en la universidad y todavía en los primeros años de mi vida adulta, ser escritor, para mí fue similar a la experiencia de llevar una vida como superhéroe. 


Tienes que dormir tarde, robarle horas al sueño, y encima de eso, despertar antes de que haya luz en las calles para ir al trabajo. Tienes que desarrollar nuevos métodos para robarle minutos a la hora de la comida, duermes en posiciones imposibles en el transporte público antes de llegar al trabajo, y al salir, de camino al gimnasio, en un titánico esfuerzo por recuperar unos pocos minutos de esas horas de sueño que le robaste a Morfeo la noche anterior.



Todo con tal de alcanzar a escribir esa página diaria que tanto anhelas sumar a tu nueva (o quizá a tu primera) novela.

Y se me olvidaba el simil* más importante entre ser escritor y ser superhéroe. Nadie, absolutamente nadie puede enterarse de lo que haces. Tienes que aceptar los regaños cuando llegas tarde a clases o al trabajo, nunca puedes explicar que la razón de que te costara tanto trabajo levantarte por la mañana era que la noche anterior habías salvado a la más bella princesa de un sádico hechicero quien quería convertirla en su esposa.

Asientes y te disculpas cuando tu familia y amigos se enfadan contigo por no ir a la fiesta del viernes, por ausentarte así sin más de ese cumpleaños tan importante. Ardes de deseos por explicarles, por contarles que ya era tarde para estar ahí, y que una cadena invisible te arrastraba hacia la aventura. Esa noche tenías una cita ineludible con el destino, tenías que acompañar a un niño de doce años y a una periodista a adentrarse en la guarida de un hombre lobo que llevaba meses aterrorizando a la ciudad.

Sacrificas los videojuegos, las citas, tus amigos se preguntan por ti, y tú no sabes darles una explicación verosímil, algo que puedan creer, aludes al trabajo y evitas el tema, evades sus preguntas incómodas ¿Qué haces durante todo tu tiempo libre? ¿Dónde pasas las noches de los viernes y los sábados? ¿Por que ya casi no te ven?

Te vuelves un alquimista del tiempo. Conviertes cada segundo de tu tiempo libre en una letra más, un ladrillo pequeño que se va sumando al inmenso edificio en que se convertirá tu historia. Te vuelves un calculador profesional, como si en vez de escribir, hubieras estudiado matemáticas aplicadas. Calculas cada minuto de tu día en base a qué beneficios le va a reportar a tu escritura, en base a cuánto tiempo disponible te va a dejar cada una de tus actividades para poder llegar al final del día (que para ti es sólo el inicio)y sentarte a escribir.

¿Pero saben algo? No lo cambiaría por nada. Al final, todo vale la pena. Al final la chica adecuada llega, los verdaderos amigos son los que se mantienen ahí, incondicionales, y son quienes te dan la bienvenida de vuelta al mundo ¿real? Tu familia se siente orgullosa de ti y te das cuenta que nunca tuviste que esconder nada, por que ellos ya lo sabían.

Y no puedes evitar mirar atrás, sentirte orgulloso de ti mismo y recordar con una lágrima en el ojo ese momento decisivo de tu vida en que te quitaste la máscara ante todos, el momento en que familiares, amigos y desconocidos te miraron atónitos y tú dijiste: "Soy Jorge Balderas, y  he sido escritor desde que tenía quince años."





Glosario:
Simil - Comparación o expresión de la semejanza entre dos cosas


Esta entrada forma parte del reto de los 28 días. Si quieres saber de qué trata te invito a darle clic aquí o a la imagen y descubrirlo.




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2 comentarios:

  1. me parece buena idea amigo te dejo mi mail quiero leerte drgarmo@gmail.com

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  2. Perfecto amigo, ya quedaste agregado. Hoy mismo te mando el primero de los 3 libros de regalo!
    Saludos!

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