Amigos, esta semana tenemos el primero de una nueva serie de artículos, los cuales correrán a cargo de Laura Albarrán, en los que nos dará un muy interesante y entretenido análisis sobre algunas de las películas que fueron ignoradas por los oscares en pos de una falsa inclusión. También analizará estas películas desde un enfoque psicológico, algo diferente a lo que estamos acostumbrados, pero que sin duda será un interesante punto de vista.
Artículo de Invitado #21
Para poder sumergirnos
de lleno a esta magnífica película, es necesario que sepamos un poco de dónde
surgió.
El director Taika Waititi escuchó acerca de un libro llamado “El cielo enjaulado”, publicado en el 2004 por Christine Leunens. Desde ese
momento Taika Waititi decidió hacer una adaptación sumamente apegada al libro,
respetando todos los matices que en él se encontraban, pero no fue hasta 2020
que la cinta vio la luz, y con un espectacular manejo de elementos audiovisuales
en cámara nos permitió ser parte de esta conmovedora historia.
Evidentemente su gran
trabajo se vio reflejado ganando el Oscar a mejor guión adaptado, pero ¿porqué a mi parecer debía ganar el
Oscar a mejor película?, ¿qué la hace tan especial?
Bien, creo que no sólo
la adaptación del director fue sumamente respetuosa con la historia original sino que realmente dejó plasmada su huella en la cinta, ya que al ser una
película de bajo presupuesto comparada con grandes producciones como El Pianista,
nos deja ver un mundo de color, visto a través de la inocencia de un niño de 10
años, no es mundo típico de películas bélicas gris, sombrío y con ese aire de
soledad y muerte, por el contrario, la cinta comienza mostrándonos un mundo
lleno de colores y esperanza donde todo parece prometedor, incluso el verde
predomina y es de suma importancia para el mensaje indirecto de cómo nunca hay
que perder la misma, sin embargo conforme va pasando el tiempo dentro de la historia,
vemos ese desarrollo de producción en la que los colores se van desaturando, representando
así una dura transformación a la madurez, a la realidad, que ha logrado
sobrevivir a tragedias familiares como perder a su hermana o la ausencia de su
padre y al final la muerte de su madre, que en gran medida era la luz de su
vida, era eso que iluminaba y llenaba de colores su entorno y que al perderla
no le queda más remedio que aferrarse a la única persona que tiene cerca.
Esto por sí mismo
representa una batalla interna entre sus ideales y lo que puede llegar a ser la
familia aunque no sea de sangre, ya que desde un inicio JoJo decide simplemente ser
un entusiasta en la Alemania de la segunda guerra mundial, y no cualquier Nazi, él realmente desea ser el mejor, al grado de querer convertirse en parte de la
guardia personal de Hitler.
Sin embargo, mientras transcurre la cinta podemos
observar ese cambio, esa transformación de tener un criterio propio y saber qué está bien y qué está mal aunque tenga que luchar en contra de todo aquello que
creyó desde que tiene uso de razón, esto se ve ejemplificado siempre a través
de los colores, con los matices adecuados dándonos esa calidez necesaria para
apegarnos a la bondad y al buen juicio del ser humano.
Teniendo como
planteamiento base estas circunstancias, no es raro que JoJo Rabbit nos muestre la
relación tan cercana que tiene con su amigo imaginario que es nada más y nada
menos que Adolf Hitler, logrando a
través de una parodia nada banal impactar desde un inicio con este
personaje representando todo aquello en lo que JoJo cree fervientemente, iniciando
como un juego, una broma burda que termina en un reflejo claro y profundo de
cómo la inocencia de un niño puede ser perturbada o rasgada con una ideología
tan fuerte que impactó a todo el mundo, es un ejemplo vívido de lo fácil que es
manipular o tergiversar una realidad que desde la cuna les fue impuesta a los
más jóvenes de ese país, ya que incluso estaban obligados a poseer propaganda
Nazi dentro de sus hogares y a creer que los judíos eran una clase de monstruos
en nuestro mundo.
Hitler a su vez es esa voz interna que lo impulsa a ser lo
mejor por su país visto desde la perspectiva infantil.
Sin embargo, en este
despertar de la inocencia tenemos la interacción tan profunda que llega desde
su propio hogar, con los lazos tan improbables como dulces que se forman con
Elsa, una niña judía albergada por su propia madre dentro del cuarto de su
hermana fallecida, que nos muestra la verdadera naturaleza de un niño,
fusionando la sátira con el melodrama, con una narrativa suave nos lleva a
través de esta historia de amistad donde poco a poco se van conociendo el uno
al otro, al punto de necesitarse mutuamente para no ser arrastrados por
completo por esta guerra y ser víctimas de la herencia ideológica, buscando
ante todo la bondad en medio de las atrocidades.
Si bien esta cinta no
pretende glorificar a los nazis o absolverlos de todo lo ocurrido, nos presenta
un retrato más humano de los mismos, nos da una perspectiva diferente a la ya
acostumbrada narrativa sobre el sufrimiento de los afectados, nos permite ver
más allá de una religión, cultura o país, nos permite observar claramente que
la guerra es algo realmente perturbador y afecta a todos por igual sin importar
el bando, ya que de ambos lados hubo crueldad. Los niños son niños en cualquier
lugar y es sólo esta desgracia anunciada lo que los arrastra queriendo o no a
través del odio irracional, fanatismo, racismo e intolerancia, que no es más
que un reflejo de una sociedad en decadencia.
Lo que nos propone
esta cinta es una idea completa, cerrada que solo deja espacio a la reflexión
no solo en un tema bélico si no en la influencia que como los adultos podemos
llegar a tener hacia los niños y así mismo la responsabilidad que tenemos en
nuestras manos de construir una sociedad más benevolente con su prójimo, por
tanto me parece que la película es mucho más propositiva que muchos de sus
contrincantes dentro de esta categoría, pero al ser un tema realmente
introspectivo y controversial, que invita al espectador a la reflexión, no
siempre es tan bien recibida.
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Facebook: Arual Gutierrez
Instagram: @arualgutierrez
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